

Lena ama el fútbol y, de alguna manera, también a Tim, el único chico en la escuela que no le parece completamente idiota. Pero tiene poco tiempo para él: el nuevo entrenador, Charly, quiere aumentar el rendimiento del equipo para hacerlo prosperar. Lena se entusiasma con la idea: hace mucho tiempo que sueña con un ascenso de categoría. ¡Y él quiere convertirla en la nueva capitana!
Pero a veces Charly adopta comportamientos que la desconciertan. Tiene la costumbre de enviar extraños mensajes a las jugadoras después de los partidos y, cuando celebran su primera gran victoria en una pizzería, toma varias veces la mano de Lena para acariciarla. Lena no esperaba un gesto como aquel, aunque no dice nada. ¿Quizá es una conducta normal a la que no hay que dar ninguna importancia?
En esta conmovedora novela, el autor aborda el tema de los abusos en el deporte y lo relata desde dos perspectivas simultáneas y complementarias: la de Lena, la afectada, y la de Tim, que se da cuenta de que hay algo que no va bien y se enfrenta con impotencia al silencio de Lena.